Generan confianza, combaten el estrés y son medicina natural para nuestro cuerpo. Hoy, 21 de enero, es el Día Mundial del Abrazo. Un gesto que, paradójicamente, hoy por hoy es más peligroso que curativo. Los abrazos tal y como los conocíamos son cosa de hace un año. El COVID nos aleja y buscamos sustitutos, como los codazos o los abrazos a través del plástico. Ese contacto es vital en nuestro día a día. Sin embargo, de momento, tendremos que seguir guardando distancia y teniendo paciencia. Ya queda menos para volver a abrazarnos.
El origen del Día Mundial del Abrazo
El Día Mundial del Abrazo nació a partir del Día Nacional del Abrazo en Estados Unidos. Fue adoptado por muchos otros países, como Canadá, Rusia y Alemania. La historia cuenta que los estadounidenses Kevin Zaborney y Adam Olis tuvieron la idea en Michigan, en el año 1986.
Más afecto en público
Zaborney quería alentar a que la gente se abrazara más seguido, porque “a la sociedad estadounidense le avergüenza mostrar sus sentimientos en público».
La pandemia de COVID-19 lo ha cambiado todo
La pandemia del nuevo coronavirus lleva casi un año entre nosotros y a mientras permanezca siendo la mayor amenaza mundial, los abrazos son menos que recomendables. Por eso en diversos lugares del mundo se colocaron este tipo de vitrinas para que las personas puedan abrazarse sin contagiarse.
¿A quiénes abrazar este 21 de enero?
El distanciamiento social es una de las medidas preventivas contra el COVID-19. Por lo que los abrazos entre amigos o familiares que no vivan juntos quedan descartados. Es recomendable mantener estas muestras de afecto con quienes se convive en el mismo hogar, siempre que nadie esté enfermo.
Abrazar es necesario
El ser humano es considerado un ser eminentemente social, por lo que muestras de afecto como los abrazos son recomendables para su desarrollo psicológico y social, claro que fuera de un contexto de pandemia. (Foto referencial:
Datos sobre los abrazos
Según una investigación del Centro de Investigación Cerebral de la Universidad Médica de Viena, se confirmó en 2013 que abrazarse y besarse son hábitos saludables que pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
Abrazos saludables
Un abrazo también disminuye la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico, según la investigación vienesa. Siempre que no se ponga en riesgo la salud al realizarse la muestra de afecto. (Foto referencial: Reuters)
La felicidad de abrazar
La oxitocina es también conocida como la «hormona de la felicidad», esta se produce en el hipotálamo. Es responsable de que seamos felices, se puede producir gracias a un abrazo, por ejemplo. Este 2020 se pusieron muchos módulos para que las personas puedan abrazarse, en especial los familiares de pacientes internados.