Según fuentes, Agustín Nsue y su supuesto grupo intentaron estafar a una mujer (compañera de Agustín), proponiéndola financiar a un grupo de jóvenes, supuestamente empleados de una empresa encargada del pintado de señales de tráfico en las calzadas.
Los supuestos jóvenes solo hablaban con la víctima por teléfono, de un negocio de compra de cubos de pintura de un mayorista cuyo coste era de 60mil francos por unidad, para luego revenderlo al jefe de la supuesta empresa de pintado a 130 mil XFA la unidad, obteniendo así beneficios de 70 mil XFA por cubo de pintura.
Sin embargo, la compañera de Agustín, tras haber sufrido con anterioridad una estafa similar, decidió denunciar el caso en la Gendarmería Nacional. Después de las primeras investigaciones, los otros implicados no han aparecido, confirmando de esta forma el intento de estafa planeado entre Agustín y un supuesto grupo de jóvenes invisibles.