Las estufas de gas, aunque populares en muchas cocinas, están generando serias preocupaciones sobre su impacto en la salud. Un estudio reciente de la Universidad «Jaime I de Castellón de la Plana», España, revela que el uso de estas estufas podría estar relacionado con un aumento significativo en la mortalidad prematura y problemas respiratorios en la Unión Europea y el Reino Unido. Se estima que causan aproximadamente 40,000 muertes prematuras al año, lo que equivale a reducir la esperanza de vida en cerca de dos años para una persona promedio.
Efectos nocivos de la combustión de gas
La combustión de gas natural libera varios contaminantes, entre ellos los óxidos de nitrógeno, que son irritantes pulmonares y pueden agravar el asma. Además, se ha identificado la presencia de benceno, un carcinógeno conocido, que puede alcanzar niveles peligrosos en el aire interior. Estos hallazgos son alarmantes, especialmente considerando que más de un millón de casos de asma anuales en la región se atribuyen a las estufas de gas.
Un problema conocido desde hace décadas
Desde los años 80, se han realizado investigaciones sobre los efectos de las estufas de gas en la salud. A pesar de las advertencias, la regulación ha sido lenta, y muchas casas en Estados Unidos aún dependen de este tipo de cocción. Un informe de 2020 destacó que las estufas de gas, especialmente las que no están ventiladas adecuadamente, son una fuente considerable de contaminación del aire interior.
¿Qué se está haciendo al respecto?
En 2023, la Comisión de Seguridad de los Productos del Consumidor de EE. UU. comenzó a investigar las emisiones de estas estufas, lo que ha llevado a un debate sobre posibles regulaciones. Algunos estados, como Nueva York, están intentando prohibir el uso de gas natural en nuevas construcciones, lo que podría ser un paso importante hacia la eliminación de estas estufas.
¿Cómo protegerse?
Si bien la solución más efectiva sería cambiar a una cocina eléctrica, esto no siempre es viable para todos. Muchos inquilinos y propietarios enfrentan barreras económicas y logísticas. Sin embargo, se pueden tomar medidas sencillas como mejorar la ventilación al cocinar: encender campanas extractoras y abrir ventanas puede ayudar a reducir la exposición a los contaminantes.
Conclusión
La evidencia sugiere que las estufas de gas representan un riesgo significativo para la salud pública. Con el apoyo adecuado de los gobiernos y una mayor conciencia sobre los riesgos, es posible avanzar hacia alternativas más seguras y saludables en nuestras cocinas. Mientras tanto, la ventilación adecuada es clave para mitigar los efectos nocivos de su uso.
Sigan el CANAL de Ahora EG en WhatsApp