No será la primera, pues desde 2019 ya se prueba Mosquirix. Sin embargo, esta vacuna actual de cuatro dosis ofrece únicamente una protección del 30%. Claramente insuficiente para una enfermedad que se cobra más de 400.000 vidas al año, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
La técnica ARNm abre un mundo de posibilidades
En abril de 2021, una vacuna de la Universidad de Oxford prometió alcanzar una eficacia del 75%. La primera en ofrecer este nivel de protección, pues hasta la fecha la más efectiva se situaba en el 55% en ensayos con niños en África. El Instituto Serum de India, que fabrica esta nueva vacuna, confía en entregar 200 millones de dosis si consigue la aprobación de los organismos reguladores.
Estos porcentajes quedan igualmente lejos de lo que ofrece por ejemplo la vacuna de Pfizer-BioNTech, con una eficacia del 95% contra la Covid-19 tras dos dosis. BioNTech prepara ahora su ‘Proyecto Malaria’, con el objetivo de desarrollar una vacuna contra la malaria «bien tolerada y altamente eficaz».
El primer paso de este proyecto será desarrollar una vacuna ARNm que transmita inmunidad contra la malaria durante largo tiempo. Para ello utilizarán la técnica de ARN mensajero que ha demostrado ser tan efectiva con la vacuna de la Covid-19. Entre las opciones que manejan en esta fase de investigación pre-clínica está apuntar contra la proteína circumsporozoite (CSP), así como nuevos antígenos descubiertos.
“BioNTech tiene la intención de desarrollar la primera vacuna de ARNm para la prevención del paludismo”, asegura la empresa de los premiados científicos Uğur Şahin y Özlem Türeci. El ensayo inicial está previsto para finales de 2022 y de conseguir resultados prometedores confirmaría la teoría de que la técnica del ARNm para producir vacunas es uno de los grandes hitos de la medicina en los últimos años.