Hay un rincón en África donde sus gentes cultivan arroz, anacardos y tradiciones matriarcales y animistas. De ahí que los animales se consideren sagrados y no se recurra a ellos para pedir a sus propias divinidades (que también las tienen) que les cuiden y protejan. Hablamos de las Islas Bijagós, el archipiélago bañado por el océano Atlántico perteneciente a Guinea Bissau rebosante de naturaleza salvaje y de infinidad de especies de animales en peligro de extinción e incluso no catalogadas en ningún otro punto del planeta.
Entre las primeras destacan las tortugas verdes marinas, unos inquietantes seres que pueden llegar a medir 1,50 metros de alto y pesar hasta 230 kilos. La isla sagrada de Poilao acoge cada año entre entre 7.000 y 37.500 nidos entre agosto y noviembre. Es uno de los tres mejores lugares lugares del mundo, y el más importante de todo África, para ver anidar a estos codiciados galápagos, cuyo nombre oficial es Chelonia mydas.
No en vano, algunas noches se han llegado a contar más de un millar de ejemplares realizando la puesta de huevos a la vez, como apunta Castro Barbos, uno de los vigilantes del Parque Nacional Marino Joao Vieira y Poilao, en el que se encuentra la playa a la que vienen a desovar estos animales.
Se trata de una isla sagrada dentro del archipiélago Bijagó, un auténtico paraíso en la tierra perfecto para quien quiera descubrir uno de esos últimos lugares vírgenes.
Orango Parque Hotel, ecoturismo puro
La oportunidad de ser testigo privilegiado del lugar la sirve en bandeja la fundación española CBD-Hábitat, encargada de la gestión del Orango Parque Hotel, un proyecto de ecoturismo sostenible ubicado en la isla homónima (Orango, una de las 88 de las Bijagós, de las cuales 18 están habitadas) que revierte los beneficios obtenidos en la comunidad. Sus bungalós repartidos sobre la playa de estilo africano invitan a relajarse mientras se degustan ostras de manglar, combes (berberechos locales) o crema de maní, al tiempo que se descubren las tradiciones del pueblo bijagó de la mano de Mariana Tandler, la responsable del día a día en el hotel.
Entre las actividades que ofrecen para vivir esta aventura africana está la de contemplar a los hipopótamos de agua salina de la laguna de Ancanacube, la visita a la aldea de Eticoga (donde desarrollan la mayoría de sus proyectos sociales como la creación de una escuela infantil o una enfermería) y una sesión nocturna de astronomía. «Todas estas experiencias forman parte de los circuitos temáticos ofrecidos por el hotel tras conocer a expertos del mundo de la fotografía o la naturaleza que se han convertido en auténticos conocedores de las Bijagós», como señala Ana Maroto, la biológa responsable de Guinea Bissau en la fundación CBD-Hábitat. No puede faltar, claro, la estancia en la isla de Poilao para observar de cerca a las tan deseadas tortugas marinas.