El bloque continental dijo que «condena enérgicamente la toma del poder» y que suspendería a Sudán de todas las actividades de la UA «hasta la restauración efectiva de la autoridad de transición liderada por civiles».
Posteriormente, el Banco Mundial también decidió suspender la ayuda a Sudán.
El general sudanés Abdel Fattah al-Burhan ordenó el lunes la disolución del gobierno y declaró el estado de emergencia, lo que provocó una condena internacional generalizada.
El primer ministro Abdalla Hamdok fue puesto bajo arresto militar, junto con sus ministros y miembros civiles del consejo gobernante de Sudán, lo que provocó airadas protestas en las calles de Jartum.
Hamdok fue liberado más tarde bajo estrecha vigilancia, pero otros ministros y líderes civiles siguen detenidos.
Las fuerzas de seguridad lanzaron arrestos radicales de manifestantes antigolpistas el miércoles, en un intento por poner fin a tres días de manifestaciones contra la toma de poder.
Varias potencias occidentales han pedido una reunión urgente con Hamdok, diciendo que aún reconocen al primer ministro y su gabinete como los líderes constitucionales de Sudán.
La UA suspendió a Sudán en junio de 2019 después de que manifestantes a favor de la democracia que exigían un gobierno civil fueran asesinados a tiros frente al cuartel general del ejército en Jartum.
Su membresía fue restablecida tres meses después, después de que Hamdok anunciara el nombramiento del primer gabinete de Sudán desde la destitución del veterano líder Omar al-Bashir.