Es probable que la situación monetaria en Ghana reactive el debate sobre la pertinencia de un sistema de tipo de cambio flotante para las economías que no tienen una cierta autosuficiencia en términos de producción de bienes para el consumo interno, como lo son muchos países de África.
El franco CFA, la moneda común a los países de la CEMAC y la UEMOA, está en su nivel más alto frente al Cedi de Ghana, señaló la agencia Ecofin. En septiembre de 2012, se necesitaron 271 francos CFA para obtener un solo Cedi ghanés. Según los últimos datos del mercado (17 de agosto de 2022), ahora se necesitan 68 FCFA para la misma transacción de divisas.
El valor del franco CFA aún no supera al de Ghana, pero ha mejorado considerablemente. Hay varias razones para este desarrollo. Las causas más recientes son el Covid-19, el aumento del valor del dólar estadounidense y las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania en la economía global.
Pero un análisis de la curva de rendimiento entre las dos monedas muestra que el Cedi ha estado perdiendo valor continuamente en el CFA desde noviembre de 2012. La estructura de las dos monedas parece ser el elemento clave en su desempeño uno frente al otro. Las monedas de los países de la UEMAO se benefician de tipos de interés estables frente al euro, que es una moneda fuerte a nivel internacional, y una garantía de Francia. Este mecanismo es criticado por muchas opiniones en los países afectados, pero en una década que ha sido particularmente sacudida por diversas crisis, ha sido una verdadera red de seguridad.
Ghana, por su parte, ha quedado atrás de los caprichos del mercado. El sistema de tipo de cambio flotante, que a menudo es elogiado por su flexibilidad, no ha ayudado. Para fortalecer sus reservas de divisas, el país permitió la apertura de cuentas en moneda extranjera (33% de los depósitos bancarios) y permitió a los inversores extranjeros comprar su deuda pública emitida localmente. Incluso si estas reservas de divisas no estuvieran en una cuenta comercial, tampoco pertenecían al país, ya que los inversores podían recuperarlas en cualquier momento.
Ese es el escenario que está sucediendo en este momento. Después de que las principales agencias de calificación decidieran etiquetar la deuda nacional e internacional de Ghana como riesgosa, muchos inversores decidieron vender sus activos en Cedis, para recuperar sus monedas, lo que precipitó un colapso de la moneda de Ghana.
A esto se suma el hecho de que, aunque el país está bien gobernado y tiene varios recursos (oro, petróleo y cacao), la estructura de su consumo sigue dominada por bienes importados y el tejido productivo está dominado por inversionistas no nacionales. Esto aumenta la presión sobre las reservas de divisas. En los países limítrofes con Ghana donde se utiliza el franco CFA (Burkina Faso, Côte d’Ivoire, Togo), esta situación tiene diversas consecuencias.
Para aquellos que desean realizar compras en la segunda economía más grande de la CEDEAO, el poder del consumidor es mayor, a pesar del aumento de la inflación en Ghana. Por otro lado, para aquellos que venden productos y servicios en Ghana, existe el riesgo de pérdida de competitividad, ya que es más caro pagar las facturas denominadas en FCFA.