Desde Malabo hasta Bata, las administraciones portuarias del país están conociendo una reforma integral, al menos en sus directivas.
Después de la meta “corrupción 0” trazada por el gobierno, se ha destapado varias tramas corruptelas en el seno de la administración pública, y en este caso, en la administración portuaria. Precisamente fue en el puerto de Bata donde se dio a conocer los casos de falsificación de notas de ingreso y la venta ilegal de madera respaldad por altos funcionarios del ejército en esta ciudad, entre otros.
En la jornada de ayer, se produjo el relevo entre la directora general saliente y el entrante, con el objetivo de implementar un nuevo dinamismo en el seno de la administración del puerto del puerto y coadyuvar a la otra meta trazada por el ejecutivo, cual es aumentar los ingresos en las arcas del Estado para intentar lidiar con la crisis económica que atraviesa el país desde hace años y que ha sido agravada por la incidencia de la pandemia del coronavirus.
Según el nuevo inquilino de esta dirección “este cambio supone una continuidad en la explotación y gestión del puerto de Bata y lo que haremos es aumentarla”, dijo.
Para una mejor gestión, Miguel Ondong Oluy cree que formar al personal que en la actualidad trabaja en esta dirección es una de las mejores estrategias, para que todos tengan conocimiento de lo que es la explotación y gestión de un puerto, lo que implica que había poca profesionalidad. En este sentido ha asegurado que se organizará cursillos continuamente.
Con los cambios de directivas introducidos en las administraciones portuarias de Malabo y Bata, se presume que se obtendrá un número de ingresos mayor que en los años anteriores para hacer frente a los gastos que requiere subsanar el Estado.