El centro de negocios en el barrio Pinto permanece con los locales cerrados desde el pasado miércoles, cuando sin explicación alguna, agentes del orden público irrumpieron el lugar ordenando a los comerciantes cerrar sus negocios. Cinco días después, no parece que vaya a cambiar la situación.
AhoraEG, ha llegado al lugar y para obtener más información sobre el caso. Según hemos sabido a través de un comerciante de electrodomésticos, ni la policía ni la gendarmería les dice nada, no saben exactamente qué están investigando.
«Este problema empezó el lunes pasado y hasta ahora continúa. El viernes confiscaron todas nuestras llaves y las llevaron a la gendarmería. Antes de esto, los policías entraban en nuestros locales y nos preguntaban por dónde guardamos el dinero y se lo llevaban todo», ha dicho un comerciante.
El mismo ha asegurado también que tras el cierre, agentes de la gendarmería y la policía están en la zona vigilando, «si ven a tres o cuatro personas reunidas en el mismo lugar, vienen a preguntar qué hacemos o de qué hablamos».
Este cierre no solo afecta a los comerciantes, sino también a los clientes. Este último grupo ha mostrado su preocupación ante esta situación, ya que a muchos de ellos les ha pillado por sorpresa.
«El cierre del centro comercial Pinto afecta a la población, en mi caso, estaba pagando un congelador y ahora estoy bloquedo sin saber qué pasará con mi dinero. Esta misma semana tenía que pagarlo todo y llevar el congelador a casa», ha dicho Roberto Michá.
Loreto, otra ciudadana también ha mostrado su indignación. «Fui a dejar mi teléfono el miércoles por la mañana porque se me rompió la pantalla, tenía que ir a retirarlo el mismo día por la tarde y cuando llego encuentro todo cerrado. No tengo el número de teléfono del técnico y no sé cómo contactar con él».
Así las cosas, la mítica calle de comercio electrónico de Malabo, continúa desierta, solo se puede ver a algunos comerciantes, que no pierden las esperanzas de que algún día volverán a la normalidad y a estos suman los clientes que dejaron sus teléfonos móviles, tabletas y otros objetos.