Gemma Jones, hija de padres ecuatoguineanos y la menor de cuatro hermanos, es una Abogada especialista en Derecho Tributario y Contabilidad Financiera, Gerente del Despacho de Abogados, estatutariamente especializado en la defensa de los Derechos Humanos, JONES & SACRISTÁN. Además, destaca por ser una filántropa dedicada a promover la inclusión de las personas en manifiesta situación de vulnerabilidad y/o exclusión social, en la República de Guinea Ecuatorial.
Asimismo, Gemma Jones, está comprometida fielmente con el ejercicio de la actividad profesional de la abogacía y la misma, facilita el acceso a los servicios profesionales de asistencia jurídica, tanto a colectividades de personas como a personas físicas individuales, que por razones económicas o de otra índole, pudieran tener dificultades para acceder a tales servicios.
¿Cómo ha sido tu vida como mujer? Cuéntanos un poco…
Mis padres dejaron Guinea Ecuatorial, cuando eran muy jóvenes para estudiar en España, dejando atrás un país que según ellos nada tiene que ver con el que yo vivo a día de hoy. Ellos siempre me cuentan que era un país en el que primaba el amor, que el uso del español no había degenerado como sucede a día de hoy y que la educación en valores era algo muy “top”. En mi casa y desde antes de tener uso de razón, todo siempre ha girado en torno a este país, nuestros padres, nos han criado para amar a éste país no importa el qué, y para que conozcamos nuestros orígenes.
Tardé muchísimo en dar el paso, y fue en el año 2012 con más miedo que vergüenza, con 27 años, cuando renuncié en Madrid, a un puesto de trabajo estable y a un sueldo de cerca de 2000 Euros al mes, y me arrojé de cabeza a la más pura y neta incertidumbre, por medio de una oferta de trabajo que llegó a mis oídos a través de Lucía-Asue Mbomio Rubio. Recuerdo que envié un cv a medio hacer, de madrugada y a desgana. Hecho que me hizo comprobar que cuando algo es para ti, es para ti.
Aterricé en Malabo por primera vez en el año 2012, llegué tarde, muy tarde, mi abuelita paterna, mi “bombo” mi “todo”, ya había fallecido, ese dolor al recordarla todavía me quema y me sigue quemando a día de hoy, Rufina Ivina Bondyale, originaria de Mbini, de Handje, descanse en paz. Hay que venir al país, nuestros mayores se están yendo…
Fue una primera incursión, reconozco que yo no estaba madura para la ocasión, el escenario era algo del todo diferente a cualquier otra experiencia anterior. Mi viaje internacional más largo hasta la fecha, había sido para irme a Punta Cana, de viaje de fin de carrera con mi grupo de amigas “las Pájaras”.
Honestamente, resulta muy difícil describir con palabras, como me sentí por primera vez, al llegar a casa, “mi casa”, con 27 años de retraso, es muy difícil explicar cómo se comportó la sangre ecuatoguineana perteneciente al pueblo Ndowe y al pueblo Bubi, que corre por mis venas, cómo vibró cuando llegué por primera vez a “mi casa”, cómo al transitar por primera vez por ciertos lugares mi cuerpo me hizo sentir y cómo mi sangre me hace sentir cada día que pertenezco a esta tierra, para recordarme que estoy en “mi casa”. La tierra se hereda, de ahí que cuando muchos se ríen de mí, y me llaman “españoleta”, por mi fuerte acento español, me quedo mirándoles y pienso, si tú supieras…
En el año 2014, me fui, y por muchos motivos que sólo mi núcleo duro y más cercano conoce decidí volver en el año 2018, para quedarme y no volverme a marchar.
Como mujer, si algo me caracteriza a día de hoy, es que soy una persona extremadamente sensible y permeable al dolor ajeno. Es algo insólito. Aunque he de decir que esto, no ha sido siempre así, me ha costado madurar, he madurado lento y sufro y batallo con mi ego a diario, y ahí le tengo, como compañero de viaje perpetuo.
Este factor tan determinante, ha hecho que por ejemplo el 7 de marzo, lo haya vivido como uno de los hechos hasta la fecha, más traumáticos de mi vida. Personalmente, hace mucho que yo a título personal, adquirí un compromiso para con la sociedad civil ecuatoguineana, me siento en deuda, mis ancestros y mis padres provienen de ésta tierra, ese compromiso era máximo, y después del 7 de marzo, ese compromiso se tornó eterno.
Lo recuerdo perfectamente, era un domingo, yo estaba en casa, haciendo tareas propias de un domingo y desde España me avisaron, “Gemma, Nkoantoma”, me llegaron esas imágenes propias de un escenario bélico, sin haber una guerra de por medio, inmediatamente, me pregunté a mí misma, esto ¿qué es esto?, no daba crédito, eran imágenes de mi país, envuelto en llamas, envuelto en dolor, envuelto en lágrimas, envuelto en pura tragedia y dolor.
Imágenes que a día de hoy no puedo mirar. Imágenes que a día de hoy, jamás las voy a olvidar.
Al igual que tampoco creo que los niños y niñas en su mayoría provenientes de familias desfavorecidas, las familias rotas para siempre, y las personas que han quedado mutiladas, tampoco creo que lo puedan olvidar jamás, es “un caldo de cultivo durmiente”, que sólo Dios sabe cómo va a evolucionar.
¿Qué retos u obstáculos has tenido en la vida?
He tenido y tengo retos u obstáculos de todas las formas y colores… El factor determinante para mí, ha sido la percepción con la que los voy afrontado. A lo largo de los años he trabajado y sigo trabajando en mejorar la percepción, con la que afronto las situaciones que surgen en mí día a día, para dar la mejor respuesta posible a las mismas.
Aunque he de matizar que no es fácil, Guinea Ecuatorial, no es el escenario más hacedero, donde una pueda materializar sus sueños, pero no es imposible.
Para ello cuento con un equipo de personas maravillosas a mi alrededor, ubicadas tanto fuera como dentro del país, todos ellos siempre dispuestos a escuchar y a decir que sí. Es un apoyo incondicional, no importa el qué, del cuál puedo presumir y presumo, nos lo hemos ganado a pulso y por derecho propio, ya que tanto Gemma Jones, como Jones & Sacristán, apoyan y trabajan a favor de causas de muy diversa índole social, en la República de Guinea Ecuatorial.
Como mujer tengo mis inseguridades, muchas, a las cuáles no doy un lugar importante, están ahí, y soy consciente de su presencia, otra cosa es que no las realce, lo cuál hace que éstas se hagan menos perceptibles para el ojo humano. Cuando me dicen Jones, tú intimidas, digo no, también hay mucha fachada… Siempre he sido una mujer muy aguerrida, la competición es contra mí misma, lucho por ser mejor, mejor amiga, mejor persona, mejor profesional y mejor hija cada día, pero también comento muchos fallos, en medio de mis múltiples y diarias batallitas….
No obstante esa manera de ser, es la que me lleva a perseguir sueños y materializar proyectos. Las ganas y el empuje nunca faltan. Y lloro muchas veces, y después de llorar me vuelvo a levantar, hecho que aquí culturalmente no está muy bien visto, pero para mí personalmente llorar, es una manera lógica de liberarse y de expresar una emoción, es algo terapéutico y sanador.
Así que en el año 2020, y en medio de una pandemia, tras haber sido despedida de una empresa pública en la cual llevaba sin cobrar durante meses y la cuál hasta la fecha no me ha abonado liquidación alguna, me hizo crear mi propio Despacho. Fue un reto. A día de hoy, me siento, muy agradecida, afortunada y muy contenta, porque ahora tengo mayor flexibilidad y libertad de movimiento para ponerme al servicio de las personas que verdaderamente sí me necesitan, fruto de ello, hemos inaugurado un servicio gratuito por medio del cuál tutorizamos a jóvenes talentos ecuatoguineanos.
Ahora somos nosotros, quienes estamos ayudando a otros a perseguir y a materializar sus sueños.
¿Tu condición de mujer te ha frenado para alcanzar algún objetivo?
Rotundamente no. Aparte de que soy una persona que no rehúye la confrontación, nunca he percibido mi condición de mujer como algo que me amedrente a la hora de tomar según qué decisiones, no me despoja de mi valor, un valor que atesoro por el mero hecho de ser, de ser persona y de ser una más en la sociedad ecuatoguineana, que es en la que me ha hallo inserta a día de hoy.
Hasta la fecha mi condición de mujer no ha condicionado en modo alguno la consecución de las metas que me he propuesto ni en Guinea Ecuatorial, ni en cualquier otro sitio donde he vivido, pero sí que es cierto, que en determinados espacios, he constatado que ser mujer y negra, concurren como factores cualitativos que generan suspicacias, los cuáles me han llevado a tener que demostrar y/o afrontar determinadas situaciones estrictamente basadas en meras construcciones socio-culturales fuertemente arraigadas, de la manera más políticamente correcta posible. En términos generales, me siento orgullosa de ser mujer.
Asimismo, opino que analizar mi vida, desde el punto de vista de género, sería hacer un análisis sesgado de la realidad que he vivido, pues considero, que cualquier persona simplemente, por el mero hecho de ser un ser humano, tiene un peso específico en la sociedad, un valor, una valía, es sin duda alguna un ser capaz de aportar un valor añadido y por ende, un ser capaz de ser “germen de cambio”. Es el mantra que repito a los y las jóvenes con quienes trabajo, y sobre el que tengo que hacer más hincapié sobre todo con las mujeres ecuatoguineanas, ya que muchas de ellas a día de hoy, todavía dudan de su gran valía y gran potencial, a la par que cuestionan tanto su lugar como su supuesta funcionalidad socio-cultural aparentemente bien definida.
Y no es algo que diga Gemma Jones, sino que, así lo demuestra y lo ha demostrado la historia y tan sólo basta con echar un vistazo a la misma, podemos encontrar historias maravillosas de célebres personas como, Rosa Parks, Josephine Baker y Ellen Johnson Sirleaf.
¿En qué proyectos trabajas actualmente en favor de la sociedad ecuatoguineana?
Proyectos hay muchos, proyectos que se puedan desvelar pocos.
Por un lado, actualmente el Departamento de Responsabilidad Social Corporativa de Jones & Sacristán, está inmerso en apoyar todo tipo de iniciativas tendentes a mejorar el clima de negocios en la República de Guinea Ecuatorial. Son muchos y muchas, empresarios y empresarias, que vienen a visitarnos inmersos en la espera por algún “gesto de clemencia”, a nivel legislativo.
En Guinea Ecuatorial las empresas independientemente de su tamaño, por normal general, es decir, ya sean éstas pequeñas, medianas o grandes empresas están sujetas a un tipo general del Impuesto sobre Sociedades, de un 35% por ciento, no sé entiende como tanto las empresas del sector petrolífero, como el resto, están sujetas todas ellas a un mismo tipo impositivo, es algo del todo inexplicable. Pese a que por todos es conocido, que las empresas del sector petrolífero se han estado beneficiado durante años de un trato fiscal preferencial por medio de la obtención de exoneraciones fiscales, pero, ¿cuándo le va a tocar al pueblo llano, al ecuatoguineano, algún trato fiscal, plausible y preferencial frente al extranjero?. Las medidas de inclusión empresarial, brillan por su ausencia y tal ausencia, favorece en todo caso la persistencia de la economía sumergida.
Tampoco podemos dar respuesta a muchos de los empresarios que nos preguntan qué es lo que sucedió con la supuesta adjudicación de los créditos de apoyo a las pequeñas y medianas empresas afectadas por la crisis de la Covid–19… Hasta la fecha, hemos sido incapaces de poder acceder a una información cierta, pese a que nosotros mismos, hemos constituido y depositado expedientes para algunos de nuestros clientes.
Los consultores legales, estamos siendo paño de lágrimas de muchos y muchas, empresarios, empresarias, emprendedores y emprendedoras. Consideramos del todo necesario que se aprueben regímenes especiales, que disminuyan la presión fiscal, sobre los pequeños y medianos operadores económicos, así como que se amplié el régimen de destajo legalmente dispuesto para las empresas unipersonales que tienen un volumen de facturación mayor al legalmente previsto actualmente. Una ya no sabe a qué santo orar, ni a qué Dios pedir, pues existe una clara disociación real entre las necesidades de la población y lo que percibe la Administración.
Por otro lado, estamos apoyando activamente todo tipo de iniciativas relacionadas con el empoderamiento de la niña y la mujer, de ahí que el pasado 19 de junio, y como no pudo haber sido de otra manera, apoyásemos la iniciativa promovida por la entidad mercantil Lucas Escalada Management S.L, bajo la plataforma Mujer Ideal, mediante la celebración de la Primera Asamblea de Mujeres de la República de Guinea Ecuatorial.
Fue un hecho sin precedentes, el cuál ya es parte de la historia de Guinea Ecuatorial, y mediante el cuál decenas de mujeres de la sociedad civil ecuatoguineana, propulsadas tanto por el amor, como por la preocupación que sienten por el devenir de la niña y la mujer en el país, tomando como referencia las 12 esferas cruciales, sobre las que se trabajó en la Cuarta Conferencia sobre la Mujer de Beijing de 1995, aunaron sus esfuerzos, remaron en una misma dirección, y trabajaron juntas al unísono, para evidenciar y poner de manifiesto, que es necesaria la implementación de ciertas acciones, atendiendo a nuestra realidad socio-cultural, para lograr una serie de objetivos estratégicos y medidas para el progreso de la niña y la mujer ecuatoguineana, en aras de conseguir la igualdad de género, en ambos sentidos, es decir, tanto formal como material.
Personalmente, sé que todas las iniciativas civiles sociales que se emprenden desde el país, son objeto de escrutinio desde el exterior, pero, me gustaría lanzar un mensaje en ese sentido a los ecuatoguineanos y las ecuatoguineanas que residen fuera del país, y decir que os entendemos, pero también os necesitamos, necesitamos más apoyo, para mejorar el contexto, sobre todo, en lo que a educación se refiere, humildemente hacemos lo que podemos.
¿Quién es tu inspiración?
Hay una persona muy especial, a quien yo llamo mi mentor, quien me ha empoderado y sin él, yo pienso que a día de hoy, no sería quien soy, y es el Dr. Sergio Abeso Tomo, Director de la Escuela T&E, Business School, sita en Banapa, donde él mismo imparte clases de lunes a viernes. Mención aparte, cabe destacar, que soy la única mujer que asiste al centro que él dirige.
Es una persona entrañable y humilde, quien me ha enseñado a entender el contexto socio cultural en el que me muevo, me ha ayudado a entender lo que vulgarmente conocemos como la “guineología”, y ello me permite trabajar de una manera más eficiente.
Además me gustaría matizar, que para mí, él es una eminencia del mundo del Derecho, tanto a nivel local como a nivel internacional, un referente, un digno amante de su profesión y gran valedor de la misma.
¿Cómo ves la integración y la evolución de las mujeres en nuestra sociedad?
Se está trabajando pero aún queda mucho trabajo por hacer, aunque valoro muy positivamente cada vez más las iniciativas emergentes provenientes de la sociedad civil ecuatoguineana, dada la dificultad del contexto.
La integración y la evolución de la mujer en nuestra sociedad, es un reto estructural, a día de hoy, desde mi humilde opinión, a la mujer ecuatoguineana hay que deconstruirla para construirla otra vez, necesita renacer, la posición que «per se», le ha atribuido la cultura ecuatoguineana heteropatriarcal, ha colocado a la mujer automáticamente, en una situación nada favorable, de manifiesta inferioridad, vulnerabilidad y desventaja, partiendo de esa base, hay muchos traumas que sanar y mucha ayuda que brindar.
Respecto a la evolución de la mujer en nuestra sociedad, me gustaría matizar, que cada día que pasa, la mujer ecuatoguineana es más consciente de la misma, y reivindica y acuña ciertos conceptos que antes no evocaba con tanta asiduidad, como lo son: la igualdad de género, el empoderamiento y la equidad. Está habiendo una lógica evolución social, fruto de la globalización de las comunicaciones y de una sociedad ecuatoguineana que se va mostrando cada vez más permeable a lo que sucede en el resto del mundo y por ende, a las corrientes de pensamiento feministas, las cuales han llegado para quedarse. El cambio es real, aunque esté aconteciendo de manera gradual.
¿Cuál es el valor que te gustaría transmitir a otras mujeres?
El valor que más me gustaría trasmitir a otras mujeres es el “amor propio”, cualquier mujer por el mero hecho de ser un ser humano, tiene un valor y una utilidad práctica social definida, quererse sin importar el qué, es algo esencial. Culturalmente, nos han hecho creer que tener una pareja masculina nos da valor, un valor social añadido, pero ese valor social añadido no existe, no es real. Una mujer en sociedad, tiene el valor que una misma, a sí misma, se quiera dar.
Ese compañero de vida que aparentemente sí o sí tenemos que tener y por el cual presuntamente tenemos que rivalizar entre nosotras para que nos solucione la vida, -nótese la ironía- no es real, ese presunto compañero de viaje puede que llegue o no, o puede que en vez de ser un hombre sea una mujer.
Y me veo en la obligación de resaltar esto último, ya que la comunidad homosexual ecuatoguineana, es una realidad social en Guinea Ecuatorial, sobre la que se debería de hablar más a menudo y mejor, y a la que hay que dar su lugar.
Para concluir, es una realidad, que la mujer ecuatoguineana está capacitada y tiene capacidad para generar riqueza por sí misma, y que ésta a su vez no necesita parapetarse tras la figura de un hombre o de una mujer.
El valor y/o la utilidad práctica social definida de una mujer en sociedad, no se lo da un hombre, ni un una mujer, ni un trabajo, ni un nombramiento, ni un “aguacate” de doscientos mil fcfa, sino que, se lo da una misma a sí misma, amándose, y queriéndose para así poder amar, recibir y mostrar amor a quienes la rodean.
Por último dar las gracias al medio digital AhoraEG, por la oportunidad brindada, conceder ésta entrevista ha sido una catarsis, en todos los sentidos, me he abierto más de lo que esperaba, pero también creo que el resultado ha sido fruto de una necesidad proveniente de mi subconsciente, hasta la fecha no considerada. Y sí, como no podía ser de otra manera, he llorado contestando a las preguntas. Muchas gracias.
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