AstraZeneca ha comenzado a retirar su vacuna contra la COVID-19 de los mercados mundiales, debido a la escasa demanda de la misma, según ha comunicado la farmacéutica. Esta decisión cierra el capítulo de una vacuna que fue utilizada ampliamente durante las primeras fases de vacunación contra este virus en muchas partes del mundo, antes de ser sustituida por otras más adecuadas para hacer frente a un virus en evolución. La empresa asegura que esta decisión no está relacionada con ninguna preocupación por los efectos secundarios de la vacuna.
La vacuna AstraZeneca, desarrollada por la Universidad de Oxford fue aprobada en el Reino Unido en diciembre de 2020, y desde entonces, se han suministrado más de 3.000 millones de dosis de la misma en todo el mundo. En cambio, en los últimos años su demanda se ha desplomado, mientras otros fabricantes han ido lanzando vacunas más adaptadas a las nuevas variantes que se han ido descubriendo y varios países las han ido adquiriendo. La vacuna de AstraZeneca ya no se fabrica ni se suministra y la empresa ha comunicado que había decidido retirar todas las licencias voluntariamente. El proceso comenzó hace meses, y quedan muy pocas licencias activas, ha dicho la farmacéutica que el pasado mes de marzo solicitó la retirada de la vacuna en la mayor parte de los países europeos y la Comisión Europea aprobó esta medida, que ha entrado en vigor esta semana.
Por otro lado, la inmunóloga de la Universidad de Manchester, Sheena Cruickshank dijo que la decisión de la empresa de retirar la vacuna “no era una sorpresa”, y que a diferencia de otros fabricantes, AstraZeneca no actualizó su vacuna para hacer frente a las nuevas variantes del virus, porque utilizaba una tecnología de vacunas conocida como Vector Viral, que era menos susceptible a tales cambios. “Simplemente se reconoció que no iba a ser una vacuna que pudiera seguir evolucionando para lo que necesitamos ahora, y que no era realmente útil ahora porque el virus SARS-CoV-2 ha cambiado demasiado”, añadió.
Durante los ensayos clínicos, la vacuna de AstraZeneca no funcionó muy bien en la prevención de la Covid como sí lo consiguieron las vacunas Pfizer y Moderna en sus propios estudios. Sin embargo, AstraZeneca siguió demostrando una gran eficacia en la prevención de enfermedades graves y muertes por el virus. La vacuna de AstraZeneca fue relacionada con casos de trastornos y coagulación de sangre, lo cual contribuyó a que se disminuyyera su demanda. La información sobre el producto se actualizó en abril de 2021, para incluir los riesgos del posible efecto secundario. La vacuna de AstraZeneca era más barata, fácil de transportar y almacenar en comparación con sus competidoras. Lo que la convirtió en la vacuna más utilizada en los países en desarrollo durante gran parte de 2021, cuando las vacunas de Pfizer y Moderna se destinaban principalmente a las naciones ricas.
Un portavoz de AstraZeneca, Kim Blomley ha dicho que la compañía estaba “increíblemente orgullosa” del papel de la vacuna en el fin de la pandemia de coronavirus. Esta vacuna se ha distribuido en más de 170 países, y la mayoría de sus dosis se administraron en 2021. Nunca se administró en Estados Unidos fuera de los ensayos clínicos.