Beijing ha lanzado este martes un testeo masivo de coronavirus para casi todos sus 21 millones de habitantes mientras crecen los temores de que la capital china termine en un duro confinamiento como Shanghái.
Mientras la ciudad más poblada del país combate una nueva ola de coronavirus que ha provocado ya 52 nuevas muertes este martes, las autoridades de Beijing han ordenado a la población de sus 12 distritos centrales someterse a tres rondas de pruebas PCR tras detectar decenas de casos en la ciudad.
El distrito más poblado de la capital, Chaoyang, ha sido el primer en implementar un testeo masivo a su población el lunes, dejando imágenes de interminables colas de habitantes haciendo cola para someterse a una prueba PCR. Los once otros, que suponen casi toda la población restante de la capital china, comenzaron el martes a realizar pruebas a sus residentes.
La depuración masiva decretada en Chaoyang ha provocado desde el domingo escenas de pánico en los supermercados, con residentes llenando carros enteros de comida mientras los medios estatales aseguraban que había provisiones de sobra.
Los pekineses han explicado a AFP que temían un cierre repentino como en Shanghái, donde muchos residentes se han quejado de que no podían obtener comida o tratamiento médico.
El responsable de sanidad municipal, Xu Hejian, dijo ayer lunes que la expansión del virus en Beijing estaba «dentro del margen de control».
La capital ha registrado 33 nuevas infecciones hoy martes, muy lejos de los más de 16.000 nuevos casos de Shanghái.
Pero las autoridades de quieren evitar un brote fuera de control y han instado a los compañías a permitir el teletrabajo, han cerrado numerosos edificios con casos y han suspendido el turismo en grupo antes de la fiesta nacional del 1 de mayo.
Además, han pidieron a los residentes de la capital a no dejar la ciudad para esta festividad salvo que sea necesario.